4 h. 30'
2/5
650 m.
13,5 Km.
Sí
2/5
Tierra
Sí
En Puigcerdà cruzamos la frontera hacia Bourg-Madame por la N-116 y nos dirigimos a Saillagouse. En el pueblo encontraremos un desvío a mano derecha indicado Llo. Estacionamos a unos 300 metros de los baños termales que comparten parking con la vía ferrata a las afueras del pueblo. Indicado.
Partíamos con la idea de visitar las fuentes del río Segre pensando que desde Llo no sería una excursión demasiado exigente. Yendo con un niño pequeño pronto nos dimos cuenta que no llegaríamos hasta nuestro objetivo. El tramo de más desnivel, la zona de bosque justo después del prado del refugio de la Culassa nos hizo repensarlo todo y optar por regresar antes de lo planeado pero haciendo un camino circular más largo.
En las gorges del Segre hay muchos espacios junto al río para disfrutar del paisaje. Al inicio estamos entretenidos con la subida de montañeros por la vertical vía ferrata de Llo instalada en las escarpadas paredes que nos quedan a la izquierda. También espectacular es el tramo junto al puntiagudo Roc de Vidre promontorio que separa el valle casi a cuchillo.
Disfrutamos de la pista que va subiendo hasta el puente de Mas Patiràs a partir del cual el camino deja el asfalto, empieza la tierra y el desnivel se acentúa.
Paredes de la vía ferrata de Lló con montañeros subiendo.
Caballos en los prados de Villa Simón
Como hemos comentado dejamos de subir en Mas Simón donde está el refugio de la Culassa (refugio abierto que se encuentra en un estado lamentable de suciedad y basuras), descansamos y cogemos fuerzas para el retorno. Unos caballos que están de pastoreo se entretienen con nuestras cosas mientras evitamos que se coman parte de nuestra comida.
Ya de bajada y de nuevo en las inmediaciones del Mas Patiràs, casona tradicional todavía habitada, tomamos la pista -indicado LLO en una pieza de pizarra- que sube suave y luego llanea hasta llegar a un collado. Nos desviamos a la izquierda para acceder, en una corta subida de 15 minutos, al mirador de la ermita de Sant Feliu de Castellvell, del que quedan unas pocas paredes de pie. Además de las grandes vistas tenemos de nuevo el entretenimiento de los que van llegando a la cima después de recorrer la vía ferrata de Llo. Regresamos al collado por el camino de la subida
Vistas a la Cerdanya desde Sant Feliu de Castellvell
Seguimos descendiendo por una pista tortuosa que pierde rápidamente desnivel, a estas alturas después de 13 km. y más de 600 metros de desnivel las piernas se van resintiendo. Llegamos a la parte trasera del pueblo de Llo donde podemos refrescarnos en la Font del Monje. Cruzando el pueblo de este a oeste daremos con la ermita románica de Sant Fructuós de Llo, austera y bien conservada, a tiro de piedra del estacionamiento, visitarla puede ser un buen cierre de ruta.
Llo tiene varios encantos escondidos, a sumar a la vía ferrata de Llo y a los baños termales hay la austera ermita románica de Sant Fructuós de Llo a la que llegamos casi al final del camino y se merece una visita.