Una gran vaca de madera indica el inicio del camino -su interior es una zona de juegos y su lengua un largo tobogán-
5 h.
2/5
Bajada - 1.423 m.
12 Km.
Sí
1/5
Tierra
Sí
» Estacionamos en el Männlichen parking (de pago) situado en la entrada de Grindelwald y cerca de la estación de tren. Tomamos el telecabina Grindelwald-Männlichen directo a la estación superior. 50 euros adulto (2018). El Lieselotte Trail se inicia junto a una gran vaca de madera que veremos solo bajar del remonte.
» También podemos subir por el otro valle desde el pueblo de Wengen, con el teleférico de Wengen. Esta opción nos obliga a volver a subir, ya se a pie o con el telecabina Holstein-Männlichen.
Para los niños el protagonista de este camino es la vaca Lieselotte, para los adultos serán las imponentes moles del Eiger, el Monch y el Jungfrau que nos acompañaran durante todo el recorrido. Si preparamos una actividad para todo el día podemos acercarnos a la cara norte del Eiger y recorrer la vía ferrata Eiger-Rotstock que sube 260 metros de un espolón al lado de las míticas vías de escalada.
Cuando llegamos a Grindelwald la población más cercana al mirador del Jungfrau y al glaciar del Aletsch ya veníamos con la idea de hacer una excursión alternativa al famoso Top of Europe para evitar su elevado precio de unos 200 euros en 2018. Con un poco de pena y con el consuelo de haber visitado ya un glaciar, en les Diablerets, optamos por subir al telecabina de Grindelwald-Männlichen una decisión que nos deparaba una grata sorpresa.
Tampoco lo sabíamos en su día pero al telecabina algo vintage de pequeñas góndolas rojas, el más largo de Europa en el momento de su construcción, 1978, le quedaban pocos meses de actividad. Fue desmantelado y sustituido por uno más moderno poco después, por lo que esta experiencia de regusto retro ya no se puede hacer.
Nuestro plan inicial era simple: subir hasta la cima del Männlichen de 2.343 m. y contemplar las vistas a las grandes cimas de la zona, el Eiger, el Monch y el Jungfrau. Los planes mejoraron cuando nos ofrecieron por sorpresa el mapa-pasaporte-folleto del camino temático de la vaca Lieselotte y sus zonas de juegos.
Vista de la cara norte del Eiger de camino al Männlichen. Superpuestas sus rutas más emblemáticas.
Un sendero ancho y señalizado sale hacia el norte desde la estación del telecabina. Sube unas empinadas cuestas que nos llevarán a la cima del Männlichen. 150 metros de desnivel que podemos dividir en dos partes.
A medio camino hay un plafón transparente que superpone las rutas de la cara norte del Eiger, donde podemos reseguir en directo por donde va la original de Heckmair o la directísima de Harlin. Es la excusa perfecta para tomar aire. Una vez en la cima encontraremos un mirador circular con vistas de 360 grados a toda la región. Además de las vistas al macizo del Jungfrau al sur es impresionante la caída hacia el valle de Wengen al oeste.
Mirando al sur en el Männlichen. La punta del Jungfrau queda tapada entre la nubes.
Detalle de cada zona de paso y sellado del camino de Lieselotte
El primer paso del camino de Lieselotte es entrar en la gran vaca que te recibe al bajar del telecabina, una preciosa estructura de madera con juegos en su interior del que se sale por una larga lengua metálica que hace de tobogán. Es el punto número 2 donde sellar nuestro folleto de la ruta, el primero no hay que olvidarlo, es en la estación inferior del telecabina en Grindelwald. Con cada sellado aparece una letra con las que hay que componer la palabra que resuelve el misterio...
Después de esta lúdica previa empezamos la bajada. Nos esperan 11 puntos repartidos en 6,5 km y unos 700 metros de desnivel, bien indicados con postes verticales. Aunque todas las paradas tienen su gracia las que nos parecieron más divertidas fueron estas:
Punto 4. Estación de ordeñar (Milking Station)
Una zona de prácticas para aprender a sacar leche de unas ubres de imitación que sacan agua. Lo bueno es que las vacas se acercan porque es su abrevadero y están a tocar pero detrás de una vallas protectoras.
Detalle de las prácticas de ordeñado de leche con vacas al fondo bebiendo
Punto 6. Vistas del Eiger (Eiger View)
Aquí podremos trepar por una estructura de madera acompañados de unas simpáticas gallinas hasta "coronar" la cima del Eiger.
Torre de madera mirador del Eiger
Punto 7. Torre de las marmotas (Marmot tower)
Subimos por una escalera de madera a una pequeña cabaña que se asoma a un arroyo cercano donde se ven y escuchan marmotas. Un par de prismáticos facilitan la tarea de encontrar los rastros de este activo animal alpino.
Mirador de marmotas y se ven bastantes gracias a unos prismáticos
Punto 8. Área de pícnic y caza del tesoro. (Picnic area & Treasure hunt)
Esta es una zona de descanso amplia más o menos a mitad de camino. Está todo preparado para hacer una barbacoa con zona para fuegos, mesas y leña gratis. En la parte de atrás por dentro del bosque hay un juego de pistas para buscar un increíble tesoro, no revelaremos su contenido. Un poco más abajo hay unos baños públicos.
Después de seguir unas difíciles pistas llegamos al tesoro
Punto 9. Salto de longitud. (Long Jump)
¿Te quieres medir contra la libre, el zorro o la ardilla en una competición de salto de longitud? Aquí lo puedes hacer como un profesional, con arena y un rastrillo para preparar la caída.
Zona de prácticas de salto dónde nos podemos comparar con los animales de la zona
Punto 11. Trompeta de los Alpes (Alphorn)
Tres trompetas de los Alpes de diferentes tamaños nos esperan para protagonizar un concierto algo estridente en medio del prado. Sacar algo de sonido a estas trompetas es complicado pero cuando se consigue uno no puede dejar de emocionarse. De lo mejor de todo el camino sin duda.
Zona de prácticas con la típica trompa de los Alpes
Al final del camino en Holenstein hay otro parque de juegos como unas mini tirolinas por el bosque y una zona de tuberías y escondites. Estamos en la estación intermedia del telecabina (se puede regresar a Grindelwald o volver a subir a Männlichen) y el inicio de otro sendero temático el Apple Fritter trail dedicado a todas las comidas con manzana frita y similares típicas de la zona que acaba en un restaurante donde poder degustarlas.
El Apple Fritter trail da un poco más de vuelta y nuestras piernas empezaban a acusar el cansancio con la perspectiva todavía de tener que bajar otros 700 metros más hasta el estacionamiento. Decidimos tomar el camino directo hasta Grindelwald, entre casitas de madera y prados hechos a juego.
Hay que tener en cuenta que aún siendo una excursión familiar con muchas distracciones no deja de ser una salida de 12 km y cerca de 1.500 metros de bajada. Los niños menores de 10 años quizá deberán ser remolcados en algún momento y otros no tan niños también.
El tiempo efectivo de caminata son unas dos horas y media pero como hay tantas distracciones es fácil que se amplíe hasta más del doble.
En resumen una grata sorpresa a la que merece la pena dedicarle un día completo si es necesario y que es fácilmente combinable con otras actividades en la zona. Si vamos en familia todos acabaremos contentos.
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