4 h. 45'
2/5
286 m.
17,36 Km.
Sí
3/5
Tierra
Sí
Dejamos el coche en el estacionamiento del pequeño lago String, situado al norte del lago Jenny y con buenos accesos por la carretera John D. Rockefeller Jr. desde las poblaciones de Moran al norte y Jackson al sur.
Cuidado que el ramal que hay que tomar para acceder al parking, el Teton Park Road, está cerrado en invierno y primavera normalmente hasta el mes de mayo.
Saliendo del Parque Nacional de Yellowstone por su puerta sur no pensábamos parar de conducir hasta llegar a San Francisco, nuestro siguiente destino planificado en el viaje en carretera por Estados Unidos.
Pero haríamos un stop inesperado. La cordillera del Grand Teton se interpuso en nuestro camino y al contemplar la escarpada sierra levantándose por encima del lago Jackson no tuvimos más opción que parar para dedicarle unos días. Poco pensábamos que nos gustaría incluso más que su vecino más famoso y que sería aquí donde podríamos ver un oso grizzly en su hábitat natural. Pero vayamos por partes.
Gracias al libro Top Trails Yellowstone | Grand Teton decidimos las rutas más convenientes para hacer en el mes de junio, una buena época para visitar la región. En la parte alta de la montaña todavía había mucha nieve y por tanto quedaban descartadas las rutas más alpinas. Nos centramos en las zonas bajas donde la vida estaba ya en todo su esplendor.
Pesca y canoa en el Jenny Lake
Finalmente haríamos dos rutas alrededor de lagos en este Parque Nacional, para empezar nos decantamos por dar la vuelta al Jenny, una excursión con poco desnivel, grandes vistas a los picos nevados y una promesa de avistamientos de fauna salvaje en una zona poco concurrida del camino.
El sendero discurre alrededor del perímetro del lago, de unos dimensiones discretas, 3,5 km de largo por 1,9 km de ancho. Es uno de los centros neurálgicos del parque nacional y el centro de las actividades acuáticas y alpinas.
Caminamos en el sentido de las aguas del reloj para reservar la mejor parte para el final y hacer el trozo algo monótono y muy concurrido primero. Un tramo que además pasa a tocar de la carretera Grand Teton road no muy ruidosa pero si molesta.
Es a partir del embarcadero este y en adelante, al pie de las empinadas laderas de las Tetons, donde empieza lo mejor de la ruta y donde se incrementa la posibilidad de encontrar fauna salvaje. Para avistar al escurridizo alce hicimos una vuelta al Moose Ponds loop trail, una ampliación de la caminata de unos 3 km extras que se aleja del lago y se interna en una zona de pequeñas y tranquilas lagunas. Estas nos quedan a vista de pájaro desde el camino y a cierta distancia con lo que pasamos bastante desapercibidos para los animales que se encuentran por aquí y nos da más opciones de hacer buenas observaciones. La vuelta está bien señalizada con pequeños postes y placas metálicas.
Entramos al Moose Ponds -una ampliación del camino para ver fauna salvaje-
Un alce en el Moose Ponds
Una vez regresamos a la vuelta original del Jenny se abren dos caminos para seguir la ruta:
1. A la izquierda, el Horse Trail sube al Observation Point y a la cascada Hidden Falls.
2. De frente, el Valley Trail sigue recorriendo el perímetro del lago sin apenas desnivel.
Merece el esfuerzo hacer la subida hasta el Observation Point, ganaremos poco menos de 100 metros de altura por encima del lago y disfrutaremos de amplias vistas al este. Estaremos en la entrada del Cascade Canyon una de las arterias senderistas de la zona y la aproximación al techo del parque la cima Grand Teton de 4.197 metros, reto alpinístico que queda de momento fuera de nuestro alcance.
Nos conformamos con ir en busca de la cascada Hidden Falls que escondida detrás de una arboleda hace honor a su nombre. Antes de las gradas que suben a Observation Point debemos desviarnos a la izquierda para encontrarla.
Un camino empedrado nos permite subir hasta el Observation Point
Con poco tiempo empezamos la bajada en dirección al muelle oeste hasta dar con el Valley Trail. Pasado el muelle volveremos a disfrutar de la soledad, mucha gente camina desde el muelle este hasta aquí y regresa en bote al estacionamiento. En esta zona tenemos la suerte de cruzarnos con un silencioso alce ensimismado en busca de su comida y poco después con multitud de bulliciosas y activas marmotas que parecen las más beneficiadas de un bosque que se recupera de un incendio reciente.
El último paso que afrontamos es un puente de madera que a juzgar por el desgaste de las barandillas es el manjar ideal de los castores de la zona. El puente parece nuevo pero la voraz actividad castoril lo convertirá en mondadientes en poco tiempo.
Cerramos así una completa vuelta con grandes vistas a esta hermosa cordillera que son las Tetons, imponente por su abrupta verticalidad que se acentúa todavía más al reflejo del lago.
Las marmotas son las reinas del lugar
Una de las mejores experiencias de las Tetons igual que en Yelowstone son los campings, en realidad espacios semi-libres donde plantar la tienda. El precio por noche es muy razonable si bien casi no hay servicios. Nos tendremos que olvidar de los lujos del agua caliente por unos días pero disfrutaremos de otros placeres como poder preparar nuestro propio fuego refugiados en el bosque y a la luz de las estrellas. Y lo mejor es que las zonas de acampada no tienen límites, es decir no hay protección entre nosotros y el bosque, la pradera o el río, no hay protección entre nosotros y la vida salvaje del 'Wilderness'. Es emocionante.
Una noche mientras preparábamos el fuego, escuchamos unos ruidos en el bosque detrás nuestro. Apuntamos con las linternas y lo único que conseguimos ver fue unos ojitos brillantes iluminados por nuestra luz. Al cabo de un rato pudimos ver que se trataba de una pareja de cervatillos que al escucharnos se desviaron de su camino y se perdieron de nuevo por el bosque.
Tanta libertad hace imprescindible seguir a rajatabla las normas de seguridad, la principal, no irse a dormir con nada de comida por mucha hambre que tengamos no sea que algún animal lo huela y nos venga a visitar. No sería la primera vez que pasa.
Justo buscando un camping donde pasar la noche nos encontramos en la carretera bloqueados por una caravana de coches. Pronto vimos que había algo de interés en la pradera, la presencia de un oso grizzly que deambulaba por la zona era el causante de tanto revuelo. En estos casos lo que hace la gente es literalmente abandonar el coche en la cuneta y preparar la cámara fotográfica, nosotros no fuimos menos.
Es uno de los mejores recuerdos que nos llevamos del parque junto a compartir arcén con un clásico guardabosques del Parque Nacional poniendo un poco de orden entre tanto caos de coches y turistas emocionados.
Con las Tetons al fondo dejamos aparcado el coche en la carretera para hacer un avistamiento.
El único oso salvaje que vimos en E.E.U.U. fue aquí en las Tetons
Charlando con el guardabosques
En español es fácil hacer broma del nombre de las Tetons. Sin saberlo estamos haciendo referencia a su denominación original. Unos pioneros franceses, imagino que añorados pioneros, se acordaron de los pechos de una mujer al ver los estilizados picos de la cordillera.