2 h. 30'
3/5
150 m.
4,5 Km.
3/5
3/5
Río
No
Desde Barbastro tomamos el desvío hacia Alquézar, luego a Colungo y Lecina. Entre el K-11 y K-12 de la A-2205, antes de Lecina, hay una amplia curva a la derecha, un descampado con mesas y carteles indicativos. Al fondo vemos la entrada al cañón del Vero y se intuye el curso del río. Podemos aparcar.
Caminar alrededor del Vero puede ser muy agradecido en verano. La excursión a los pinturas rupestres del Gallinero y a la ermita de San Martín es un aliciente cultural a esta ruta por si misma entretenida y donde un remojón en el río (mínimo piernas) es obligatorio.
Por este motivo es importante antes de empezar la excursión controlar que el nivel del mismo no sea muy fuerte y quizá en invierno y otoño buscar otra excursión donde no sea obligado pasar por el agua.
Nos adentramos al cañón del Vero dejando atrás la pequeña presa y justo donde se encuentra el abandonado Molino de Lecina. Desde el mismo tenemos dos opciones, por arriba, evitamos mojarnos los pies, por abajo avanzaremos junto al río hasta un paso donde deberemos meternos en el agua. Los dos caminos van al mismo sitio, un llano rodeado de escarpadas paredes, típicas del Vero, dónde deberemos cruzar el río aquí sí obligatoriamente.
El camino sigue por la orilla izquierda unos 75 metros hasta que cruzaremos el cauce ayudados por unas piedras. Es fácil observar los pájaros que sobrevuelan nuestras cabezas y cruzarse con pequeños grupos de barranquistas que vienen del Basénder y su vecino el Portiacha
Para encontrar el camino a los abrigos del Gallinero debemos estar atentos a la derecha en el momento que de nuevo nos toque cruzar el Vero. No lo cruzamos y seguimos por la orilla derecha hasta que sólo podamos avanzar subiendo por un muro ligeramente inclinado. Estamos entrando en una pequeña canal, entre el barranco Basénder y el barranco La Choca. Quizá al entrar aquí os sintáis un poco perdidos, no hay indicaciones, pero el camino sube estrecho entre los matorrales. Algún hito sirve de pista para seguir. A los 15 minutos de dejar el río deberíamos llegar al pie de los abrigos y de las escaleras granates que nos darán acceso a las pequeñas y abundantes pinturas rupestres. Declaradas por la Unesco como Patrimonio de la Humanidad estas se encuentran protegidas entre barrotes y son poco accesibles para personas con miedo a la altura... pero vale la pena asomarse para contemplar los esquemáticos dibujos hechos en torno al 4.000 A.C.
Después de las pinturas ya podemos regresar contentos por el camino de la ida, pero si hay tiempo la pequeña ermita de Sant Martín del Vero bien se merece una visita. Construida en la confluencia del Vero y del barranco La Choca, debajo de unos impresionantes paredones su simplicidad es un ejemplo más de como los hombres vivieron junto al río. Después de tantas emociones la amplia explanada que hay junto a la ermita nos invitará a un rato de merecido reposo.
La idea que teníamos al recorrer este sendero era buscar el camino de las Escaleretas y llegar hasta el barranco de Basénder para descenderlo. El paso de las Escaleretas no lo encontramos, pero si por casualidad las pinturas rupestres de los Abrigos del Gallinero. Para nosotros fue una muy grata sorpresa y ya quedamos satisfechos con la excursión. El estado de las instalaciones que protegen las pinturas rupestres es tan precario que parecía que las estábamos descubriendo de nuevo, añadiendo emoción al conjunto. No es recomendable subir por la última escalera, que se mueve peligrosamente.
En este paraje se encuentra el barranco del Basender. Un barranco seco y facil para iniciarse. ...
Barranquismo Huesca escribió hace 6 años
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Barranquismo Huesca Hace 6 años
En este paraje se encuentra el barranco del Basender. Un barranco seco y facil para iniciarse.