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Vía ferrata La Grande Falaise

Primera vía ferrata equipada en Francia, fue fruto de una iniciativa personal del guía local Lionel Condemine que en 1989 quiso emular los itinerarios Dolomíticos en su tierra natal junto a los Écrins.

K3FranciaVía ferrataApta iniciación

Situación

FreissinièresAltos AlpesProvenza-Alpes-Costa AzulFrancia Ficha técnica Equipadores

• Lionel Condemine | ROC Entreprise
• Año: 1.989 - 2.000
• 04 92 20 95 49

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Cómo llegar

Desde Briançon tomamos la N94 dirección L'Argentière la Besée. Pasado el pueblo y antes de la Roche de Rame cruzamos el río y tomamos la carretera que sube, recta y inclinada hacia Les Meyries y Freissinières. Continuamos subiendo pasado Freissinières hasta pasar dos curvas muy cerradas. A la tercera veremos un panel indicador de la ferrata y un pequeño espacio para aparcar (5 coches). 100 metros más arriba hay un parquing de más capacidad.

Acceso

Bien indicado, encontraremos tres desvíos durante la aproximación. Todos se resuelven igual, hacia la izquierda y en subida. Al llegar a una pequeña cabidad tomamos de nuevo a la izquierda y ya junto a la pared y después de pasar una caseta de madera (no sabemos muy bien que hace una caseta allí) llegaremos a la primera grapa. En el último desvío si hubieramos tomado la derecha estaríamos en el camino de regreso.

Recorrido

Mezcla entre vía ferrata, escalada y camino equipado, La Grande Falaise es un itinerario muy completo que cruza a media altura una gran pared, mirador privilegiado de los Écrins. Siguiendo en todo momento los resaltes más fáciles del promontorio, avanzaremos de oeste a este, ladeando por pequeños balcones, destrepando, saliendo de una amplísima oquedad ah! y sin olvidar varios pasos aéreos y verticales, que poco equipados nos harán trabajar, un poco.

Lo mejor de la vía es la variedad de pasos y la coherencia con la que se ha fijado el itinerario, respetando las vías de escalada que cruza, numerosas, creando una vía lógica y divertida a la vez.

Lo mejor de la vía es la variedad de pasos y la coherencia con la que se ha fijado el itinerario, respetando las vías de escalada que cruza, numerosas, creando una vía lógica y también divertida que nos acerca a una pared realmente especial. Así lo debía pensar Lionel Condemine al instalar la vía en 1989 ya que no sólo imitó las vías ferratas italianas clásicas sino que buscó un tipo de roca lo más parecida posible a sus amados Dolomitas. Sin duda encontró el lugar.

En general es una vía apta para todos, sin grandes dificultades, salvo quizás su duración. El equipamiento ha sido renovado para cumplir los estándares de las ferratas francesas, así que no debemos preocuparnos aunque sea la más antigua del país vecino. Es más el paso de los años no ha hecho sino mejor su aspecto sobre todo si tenemos en cuenta la rudimentaria equipación original, que todavía se puede intuir en algunos puntos del recorrido, el antiguo cable de vida era hilo telefónico un poco reforzado...
En definitiva una ferrata de culto que no debe faltar en tu currículum.

Regreso

Al acabar la ferrata seguimos por un camino a la derecha que se interna en un bosque de pinos. Este baja por un serpenteante camino, indicado con marcas amarillas, hasta la base de la pared. Al final llegaremos al camino de aproximación a la altura de la cabidad.

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