Comentario escrito por   Jorge » hace 6 años

Decidimos bajar por la canal del Joc de l'Oca tras una buena caminata por la cara sur de Montserrat. Resulta triste comprobar cómo han dejado la canal: sin una sola cuerda. Ya no se puede subir. Pienso que al menos ahora habrá menos gente pululando por un lugar mágico como éste, una reflexión que me consuela. Pero al llegar al antepenúltimo rapel nos encontramos con gente. Los habíamos visto desde arriba. No se mueven, son hieráticos como un bajorrelieve sumerio. Parece que veamos una foto de lo lentos que van. Los alcanzamos. Se lo están tomando con calma. El abuelete que va a rapelar lleva lo que me parece horas hablando de su extraordinario rapelador. Se oye un griterío cuya cacofonía destroza el ambiente que allí podría respirarse. El yayo representa la retaguardia de un grupo de 12 o 15 personas que en su vida han pisado una montaña. Estamos más de media hora esperando a que el abuelo y la pareja que va detrás realicen el antepenúltimo rapel. Civilizaciones han florecido y desaparecido del mapa en menos tiempo de lo que tarda el abuelo en rapelar cinco metros de cuerda. Por fin llegan al penúltimo. Les pregunto si puedo lanzar la cuerda exasperado tras esperar... no sé, ya he perdido la cuenta. Por fin la lanzo, rapelamos mi chica y yo. El abuelo ya no está, no me lo puedo creer. Le pregunto a la pareja qué demonios le pasa al personal, si están drogados o algo. Me contesta ella: "Llevamos desde las 11 detrás de ellos". En ese momento son las 17:10, por Júpiter, (cáspita, si lo prefieren). ¡Seis horas para bajar la canal del Joc de l'Oca! "Es que algunos no saben rapelar". Pero gritar y hacer el ganso, sí, pienso. Por fin se largan, los cuento desde el penúltimo rapel: 10, quizá 12 excursionistas chillones, un lento y estruendoso mogollón de gilipollas. También se oyen disparos a lo lejos. Algún hijo de puta cazando, para variar. En esto se está convirtiendo Montserrat: un triste parque temático.