Comentario escrito por Jorge » hace 6 años
lecraM...
Hice el servicio militar en 1984, y como en la novela de Orwell, fue una pesadilla. Ingenuamente por mi parte, me dio por meterme en una Compañía de Operaciones Especiales (¿te acuerdas de las COEs?). Quedé asqueado de la autoridad, de la gente que por tener unos galones o unas estrellas en las hombreras podían decirte lo que debías hacer, lo que podías o lo que no. Desde entonces no soporto la autoridad.
Las montañas son el último reducto de libertad que nos queda, o al menos eso creía yo. Pero entonces llega gentecilla como los del Patronat y nos quitan el Joc de l'Oca, o el Borinot, o lo que les dé la real gana. O surgen bocazas como tú, moscas cojoneras que se erigen en árbitros de lo que puede hacerse o lo que no en la montaña. Qué ascazo.
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