3 h. 24'
3/5
239 m.
9,67 Km.
No
1/5
Arena
No
» Para llegar al estacionamiento, zona de registro e inicio del camino, en Wire Pass, debemos seguir 14 km. por la pista de tierra de House Rock Valley, subsidiaria de la Hwy. 89 proveniente de Kanab la población más cercana a unos 62 km. al este. El desvío desciende antes de una pronunciada curva a la izquierda. House Rock Valley es apta para todo tipo de vehículos excepto en caso de tormenta que se vuelve fácilmente impracticable hasta para 4x4.
» La House Rock Valley también es accesible desde el otro lado, Arizona, por la 89A, interesante sólo si venimos de visitar el Gran Cañón, si no es un camino mucho más largo que no merece la pena.
Casi de obligado paso y de visita muy recomendable es la pequeña población de Kanab, conocida por los locales como "Little Hollywood" por los numerosos rodajes de westerns y otras películas que se filmaron en sus alrededores. Por sus calles ya se intuye parte de la historia y los tópicos del Far West, si los queremos degustar una buena opción es visitar el restaurante Nedras Café con comida típica de Arizona mezclada con Tex-Mex y de algún modo relacionado con el mundo del cine y sus estrellas.
Con la idea de mantener la zona lo más salvaje posible el congreso de los Estados Unidos creó en 1984 el parque "Paria Canyon/Vermilion Cliffs Wilderness" una gran area protegida al norte del Gran Cañón del Colorado que incluye el monumento The Wave.
Bajo esa misma política se decidió que nunca se desarrollarían caminos ni señalizaciones en la zona, alojamientos ni campings estables con servicios y que se regularía la entrada.
Aunque al principio tanta regulación parece un engorro, se ha demostrado muy efectiva como medida conservacionista y la verdad se agradece cuando caminamos solos por el desierto.
Entramos a Coyote Buttes
Según las recomendaciones locales es imprescindible para recorrer el camino con seguridad, 4 litros de agua por persona, protector solar, ropa de manga larga, gorra, calzado de montaña, mapa (con el permiso de entrada te entregan un mapa muy detallado) y gps. Imprescindible dentro del grupo que no lo parece tanto es el gps (Sin este track nunca hubiéramos llegado). Incluso con éste es fácil desorientarse y de hecho bastante gente al año se pierde por aquí y tiene que ser rescatada.
Contradiciendo lo que hemos dicho al inicio, durante el recorrido encontraremos dos ayudas en forma de indicaciones, las primeras hitos improvisados con piedras, las segundas un par de postes estatales que a su manera intentan indicar, espartanamente, el camino a seguir.
Nos adentramos en un entorno que es totalmente diferente a lo que estamos acostumbrados, nos acompañarán altos pináculos de arena roja y blanca, algunos con nombre propio como el gran White Castle o los más modestos Twin Buttes, el profundo cañón de Buckskin Gulch (que vemos a lo lejos y da para otra excursión), amplias terrazas naturales, formaciones inverosímiles en el horizonte como las North Teepees, la escasa vegetación y finalmente lo mejor, algo que no se puede ver, el silencio.
En el terreno combinaremos subidas por tramos de roca pulida con largos tramos de sendero sobre escurridiza arena que dificulta nuestro ritmo de andar habitual. El calor, que hay que tomar muy en serio, también nos impide avanzar, nos obliga a ralentizar los pasos para no pagar el esfuerzo. Al menos el ritmo pausado nos permite detenernos a contemplar cada nuevo detalle, textura, roca y reptil que aparecen en el camino. Con suerte si encontramos nuestro objetivo a la primera no estaremos muy lejos del estacionamiento, habremos caminado unos razonables 4,5 km..
Llegamos exhaustos a The Wave
La joya de la corona de Coyote Buttes parece estar situada estratégicamente para mantener el misterio, se esconde de la vista de todos. Hasta que no estemos a escasos metros de la ola petrificada no podremos contemplarla. Podremos intuir a lo lejos su posición, sobretodo si vamos con el gps, pero no será visible hasta que afrontemos una última subida entre una lengua de arena - tobogán de bajada - y terrazas escalonadas, el tramo más esforzado del camino. Ánimos que queda poco.
The Wave en sí misma es pequeña, esta formación datada en el Jurásico de finas líneas ondulantes y suaves colores amarillos, ocres y naranjas se extiende en su tramo más largo 36 metros. De hecho es una sucesión de varias olas, con dos principales la de entrada y otra que aparece a nuestra izquierda. Una vez estamos en el interior las dos se juntan exquisitamente formando una tercera más pequeña que al mediodía de verano es el único refugio con sombra.
El sitio da para explorar y pasar un buen rato entre los recovecos, disfrutar de cada ángulo y dejar pasar el tiempo sin preocupación. Es extraño caminar finalmente por un sitio cuando has repasado sus fotos mil y una veces. Tenemos que pellizcarnos, lo conseguimos, estamos en The Wave.
Por si no quedó claro lo decimos, no es la foto es el sitio, de los pocos lugares en los que hasta un mal fotógrafo se puede lucir. Por fin!
De regreso hacia las Twin Buttes
El permiso obligatorio de entrada está limitado a 20 personas por día. Los primeros 10 permisos pueden ser pedidos en cualquier época del año pero se agotan muy rápido. Para los 10 restantes se debe entrar en un sorteo, una especie de lotería en la que hay que jugar como mínimo un día antes de iniciar la excursión. Hay tanta demanda que de los meses de marzo a noviembre tenemos menos del 50% de las opciones de ser los afortunados. Para todos los requisitos, visitar blm.gov (en)